Artículo que realicé para MUSICOMANÍA - Boletín informativo de la Banda de la Escuela de Música de Bullas - y que aparece en el Nº 37 (del 31 de Agosto al 20 de Septiembre de 2005)
ACTO I. Cuando estaba en la Orquesta de Aspirantes me contaron una anécdota muy curiosa. Un crítico “musical” de un periódico murciano solía poner a parir a la Orquesta de Jóvenes siempre que había concierto. De hecho, todas las críticas de este periodista que salían en la prensa iban en el mismo sentido. Pero en una ocasión, este crítico puso de vuelta y media a la orquesta por un concierto que ni si quiera se llegó a dar. Al parecer no se había enterado de que el concierto se había suspendido. Lo cual demuestra que para hacer cualquier crítica no solo se tiene que ser coherente en todos los diferentes aspectos sino que además se necesita estar en el lugar de los hechos para poder tener una visión más exhaustiva del asunto. Uno puede pensar que a partir de ese día el periodista cambió de actitud por la metedura de pata que había cometido. Quizá podamos pensar que el periodista dejó su trabajo por haber jugado tan sucio en el ejercicio de su profesión. Pues no. Esta persona siguió realizando su trabajo impunemente y continuó criticando a la orquesta durante muchos años más y en los mismos términos de siempre. Total, ¿quién iba a enterarse de lo sucedido? Como en el periódico no se anunció la suspensión del concierto (solo lo sabíamos los componentes de la orquesta y los más allegados), la mayor parte de las personas que leyeron la prensa no podían ni siquiera imaginar que estaban leyendo algo que no había sucedido jamás. Y es muy significativo que simultáneamente a las críticas desfavorables que nos hacían, las más favorables nos llegaban desde el extranjero. Después de la Gira de Conciertos que dimos por algunas ciudades de Alemania, los organizadores nos mandaron los recortes de prensa que comentaban nuestras actuaciones. Todo eran elogios y alabanzas. Y no solamente eso. La orquesta fue seleccionada en una ocasión para un curso de Dirección de Orquesta en Santiago de Compostela impartido por el entonces Director Titular de la Orquesta Nacional de España, Aldo Cecatto. E incluso, Ramiro Gómez contó con nuestra participación para rodar un documental titulado PRIMER ACORDE y que fue galardonado con un Premio Goya al Mejor Cortometraje Documental en 1993.
ACTO II. No es la primera vez que a mí personalmente me hayan dicho que yo siempre hago lo que me da la gana. Como en los viejos tiempos. Recuerdo, muy especialmente, aquella ocasión en que la Banda de la Escuela de Música tenía ensayo en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura, nuestra sede oficial hace unos años. Una persona decidió provocarme, como ya lo había hecho infinidad de veces, diciendo que yo me negaba a cambiar un ensayo para que pudieran ensayar otros músicos. Lo que nadie podía llegar a entender, dudo de que hoy en día haya alguien que todavía lo haya entendido de verdad, es que en ningún momento se habían puesto en contacto conmigo para tratar de solucionar el asunto. Nadie podía entender que todo era una farsa montada con la única intención de desprestigiarme todavía más, valiéndose y utilizando incluso a mis propios alumnos, sin que ellos mismos se dieran cuenta de las verdaderas intenciones. Por más que dijera, que a mí nadie me había comunicado nada, por más explicaciones que yo diera, todo era como tirar piedras al mar. Como decía Goethe: “No hablaríamos tanto en sociedad si nos diéramos cuenta del poco caso que hacen los demás de lo que decimos”. Por eso, tratar de justificar las cosas resulta a veces tan inútil... ya que la gente solamente espera que digas lo que ellos quieren oír. Al final tuvieron que adaptarse porque era lo más lógico y lo más fácil, pues eran muchos menos, y no tener que adaptarnos nosotros, que éramos muchos más. Así es como se ha hecho desde entonces.
ACTO III. En la Banda de la Escuela de Música, pese a la buena imagen que ofrece de puertas para afuera, sería interesante, por no decir necesario, hacer autocrítica para poder corregir todavía muchas cosas de puertas para adentro. Resulta curioso como podemos indignarnos por unas y como pasamos por alto muchas otras. ¿Cómo es posible que un día antes de un concierto todavía haya gente que no tiene claro lo que se va a tocar en él, incluso viniendo a los ensayos? ¿Que un día antes de la grabación del disco todavía haya personas que no sabían lo que se tenía que grabar? Pero esto es solo una pequeña muestra. Reflexionando un poco, cualquiera podría completar fácilmente todo lo que falta y con todo lujo de detalles...
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